Foucault. La longevidad de una impostura

JEAN-MARC MANDOSIO

El principal talento de Foucault fue probablemente dar una forma filosófico-literaria a los lugares comunes de una época […] Como buen escritor posmoderno que aplica con celo las reglas del marketing de las ideas, Foucault se adapta constantemente a la tendencia del momento, pero su discurso nunca deja de ser reversible, de tal manera que se reserva siempre la posibilidad de desmarcarse de él y proclamar su singularidad.

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Descripción

Michel Foucault es uno de los dioses del mundo académico e intelectual contemporáneo. Desde hace más de tres décadas su influencia no ha dejado de notarse y de extenderse, en ámbitos que van desde la extrema izquierda hasta las facultades de filosofía, pasando por museos y centros de arte contemporáneo. Muy pocos habían alzado la voz frente al coro lisonjero que hace de Foucault un gurú. Unos pocos historiadores y algún que otro escritor que denunciara hace tiempo el «nihilismo de cátedra» del maestro.

El libro de Jean-Marc Mandosio pretende desmontar de una vez por todas una impostura que ha durado demasiado tiempo. Tras un minucioso estudio de toda la obra del filósofo de Poitiers, Mandosio dirige su crítica contra diferentes concepciones de la obra foucaultiana como episteme, biopolítica o los procesos de subjetivación, nociones huecas que una legión de epígonos e imitadores repite con machaconería, desde los programas de Estudios Culturales hasta las majaderías de Tiqqun y el Comité Invisible.

Se muestra asimismo cómo detrás de su presunta marginalidad y radicalidad, se esconde en verdad que Foucault se limitó siempre a seguir las modas: estructuralista antes de mayo del 68, izquierdista en los ’70, antitotalitario y haciendo la rosca al Partido Socialista en los ’80.

Como explica Mandosio «El principal talento de Foucault fue probablemente dar una forma filosófico-literaria a los lugares comunes de una época […] Como buen escritor posmoderno que aplica con celo las reglas del marketing de las ideas, Foucault se adapta constantemente a la tendencia del momento, pero su discurso nunca deja de ser reversible, de tal manera que se reserva siempre la posibilidad de desmarcarse de él y proclamar su singularidad».