Descripción

¿Qué hacen los okupas rurales? ¿Cultivar patatas es revolucionario? ¿Cuántos hay? ¿Son punkis o jipis? ¿Dónde están? ¿Pero de qué vive esta gente? ¿Tienen internet? ¿Se lavan las manos antes de comer? ¿Usan motosierra? ¿Rezan? ¿Son buena gente? ¿Consiguen la autosuficiencia? ¿Tienen jefecillos? ¿Llevan a sus hijas a la escuela? ¿Se curan el cáncer con plantas? ¿Tienen pensión de jubilación? ¿Van descalzas? ¿Cómo es su vida sexual? Ninguna de estas preguntas se responde aquí.

Este texto no tiene la pretensión de ser un manual para la okupación rural, ni una guía de okupiturismo con nombres de lugares. La intención más sustantiva y sincera es expresar que esta realidad existe, está viva, tiene muchos retos bellos por delante, que necesitan más empuje.

Si te sientes atraído, busca, estamos ahí. Acércate con prudencia e ilusión. Sin prisa, que el camino es largo. Podéis okupar un sitio nuevo, hay cientos de lugares preciosos esperando gente valiente; o uniros a uno de los muchos proyectos que ya están con pasos andados en el camino.

Texto extraído del libro colectivo Ensayos de agitación rural. Rehabitar el campo vaciado, publicado por El Salmón en diciembre de 2022.