Las ilusiones renovables es un aldabonazo a los que sestean complacidos sobre la ilusión de que las llamadas energías renovables modernas nos podrán sacar de una crisis que no tiene que ver con la idolatrada tecnología, sino más bien con las formas de organización social y la acumulación infinita de riqueza por unos pocos. — PEDRO PRIETO

Las ilusiones renovables. Ecología, energía y poder
José Ardillo

Colección Naturamque Sequi, 7

Collage de portada por John Table

2022
16,95€
296 p.
14×22
ISBN: 978-84-121887-9-0

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Precio web: 16,10€
Precio oferta: 12,95

Para Ivan Illich, «creer en la posibilidad de altos niveles de energía limpia como solución a todos los males» constituía el núcleo de la «ilusión fundamental». Hoy, en tiempos de crisis energética, se alimenta esta ilusión por las llamadas energías renovables. Si queremos comprender el laberinto de la energía, no podemos aislar la cuestión técnica de todos sus condicionantes políticos y filosóficos. La historia de la energía es también la historia de la concentración del poder y, en ese caso, ¿cómo no ver en los modernos y titánicos artefactos renovables otro rostro grotesco de los avatares de esa concentración?

Señalemos la paradoja: la energía es la fuerza que impulsa el mundo industrial, y su más flagrante punto débil: sostiene la paz con la guerra, la seguridad con la fragilidad. Este equilibrio del desequilibrio impone una dependencia brutal del sistema técnico, cada vez más globalizado, y de los aparatos de poder, jerarquizados e incontestables.

Toda idea de autonomía local e individual se pierde en beneficio de este Leviatán industrial. Cocinar, calentarse en invierno, bombear agua, hacer un simple desplazamiento o iluminar una sala de estar pasan a ser instancia de una gran emergencia técnica. Estamos invadidos por los modos de vida industrial.

(De la reseña de PEDRO PRIETO)
Las ilusiones renovables
es un aldabonazo a los que sestean complacidos sobre la ilusión de que las llamadas energías renovables modernas nos podrán sacar de una crisis que no tiene que ver con la idolatrada tecnología, sino más bien con las formas de organización social y los propósitos inicuos de acumulación infinita de riqueza por los pocos y de producción insaciable de bienes y oferta de servicios innecesarios y dañinos para con el medio.

El libro ofrece una visión clara y detallada sobre nuestros sueños e ilusiones por alcanzar la meta de un dominio y un sometimiento de la naturaleza en nuestro provecho, mediante el dominio de la extracción de recursos energéticos y su explotación y consumo. Hay muy valiosas citas que no se suelen ver en otros libros sobre los temas de energía, que dan una perspectiva histórica muy útil de cómo se ha ido analizando el fenómeno de la energía y de los análisis varios que conducían a muchos a creer que llegaríamos a disponer ilimitadamente de ella y a unos pocos que entreveían los límites de esa explotación.

Citas de Huxley y sobre todo, un delicioso capítulo dedicado a analizar las visiones de marxistas, anarquistas y utopistas, desde los momentos previos la revolución bolchevique y en coincidencia con el arranque y despegue de la revolución industrial, el maquinismo y el siglo de las luces. Kropotkin, Engels, Marx, Lenin, Bakunin y demás protagonistas de los albores del pasado y convulso siglo, son retratados en sus afanes y se analizan muy bien los debates internos en que se sumieron revolucionarios de todo tipo, sobre las formas en que la energía debería o no usarse. Es una de las críticas más sensatas y bien elaboradas que he visto y leído sobre marxistas y anarquistas, incluyendo al poderoso anarquismo ibérico de la primera mitad del siglo XX. En él se desglosa a los que ya intuían la situación y por otro lado, las grandes carencias de los grandes revolucionarios, que no pudieron prever los límites de la disponibilidad energética, o que entendieron que la revolución consistiría, apenas, en cambiar los medios de producción, que ya por aquel entonces apuntaban a ser cada vez más grandes y centralizados. Interesantes perspectivas, tratadas con rigor y ecuánime distanciamiento. Toda una herencia documental para marxistas y anarquistas, que ahora tienen la posibilidad de ver en perspectiva los debates que los urbanistas revolucionarios del siglo XX tuvieron sobre estas materias, en relación con la energía y los comienzos de la electrificación de la sociedad: descentralización o centralización, megaciudades o paraísos descentralizados. Al compararlos con los trabajos actuales de por ejemplo, James Howard Kunstler o del documental titulado “The End of Suburbia”, de Greg Greene, vemos que seguimos dando aproximadamente las mismas vueltas en la rueda del hámster.

Acaba con capítulos y conclusiones que analizan muy detalladamente el uso del petróleo y sus limitaciones, con numerosas citas a los autores que se citan en esta página, que con seguridad leen los Amigos de Ludd. Precisamente se refieren a esta sensación de parecer seguir en la misma rueda a lo largo del tiempo, y ofrecen finalmente una visión muy escéptica sobre la posibilidad de que las denominadas energías «renovables» puedan hacerse cargo de la sustitución de las fósiles, en el nivel actual de consumo. Todo un lujo.

José Ardillo

José Ardillo (1969) fue miembro fundador del colectivo de crítica antindustrial Los Amigos de Ludd (2000-2006), y ha colaborado con diversas publicaciones ecologistas y libertasrias en España y Francia. Es autor de los libros Ensayos sobre la libertad en un planeta frágil (Ed. El Salmón, 2014) y Libros en tiempo de miseria. De la lectura como forma de resistencia (Milvus, 2022), así como de las novelas El salario del gigante (2011, Pepitas de Calabaza), La repoblación (Brulot, 2013), Buenos días, Sísifo (La Vihuela, 2014) y Primera y última tierra (La Vihuela, 2020), amén del libro de relatos  Los primeros navegantes y otros fascículos de la historia universal (Ed. El Salmón, 2018).